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08.08.2012 - 14:22

Plan perfecto

Acercarle oportunidades educativas y laborales a jóvenes de escasos recursos, fue la excusa perfecta que incentivó el proyecto Uniendo barrios.

La solidaridad puerta a puerta
El Club Social y Deportivo Tricolor, fundado en 1947 siempre se destacó por desarrollar actividades sociales, además de lo futbolístico, pero este ha sido el mayor emprendimiento, logrado exclusivamente, a través de la solidaridad de un puñado de personas de La Teja y otros barrios que se acercaron a sumarse en dicha iniciativa. La misma tiene como protagonista a los jóvenes y adolescentes de nuestro país, en su mayoría, aquellos que ni estudian ni trabajan (conocidos como “ni-ni”); el plan consiste en insertarlos tanto al sitema educativo como al mercado laboral. “Siempre nos preocupaba la muchachada y nos gustó mucho la idea de este plan”, sostuvo Teresa Soroa, presidenta del Tricolor. Si bien el proyecto llegó sólo a algunos barrios de Montevideo, el boca a boca movió a muchos chicos del interior: dos de Cerro Largo, uno de Ciudad del Plata, y. “vino uno de Treinta y Tres, que se quedó en la casa de la tía, y no faltó ni un día”, contó Teresa entusiasmada.

Cindy Pintos tiene 16 años. Confesó que tuvo dificultades cuando llegó a tercer año de liceo. “Repetí y lo dejé”. Pero no se quedó de brazos cruzados. Sus ansias por aprender y desarrollar alguna actividad la llevaron a realizar otros cursos. Vecina del Tricolor en La Teja, tuvo contactos cercanos con el grupo del club quien impulsó el proyecto Uniendo barrios.
Un curso básico de manejo de PC y uno de Introducción a las Instalaciones de Fibras Ópticas, desarrollados en la Torre de Antel, fueron los que Cindy realizó en una modalidad intensiva de un mes, pero que implicaron clases teóricas y prácticas. “Me daba curiosidad saber de qué se trataba, qué era”. Consultada sobre el curso explicó: “Consiste en una fibra de vidrio que se conecta a una especie de modem y de ahí salen tres señales: una para el teléfono, otra para la televisión y otra para Internet para navegar más rápido”. Las fibras ópticas –usadas en las telecomunicaciones- es un medio de transmisión que permite enviar gran cantidad de datos a mayor distancia. Cindy aseguró no volver al liceo pero “me anoté en un curso de gastronomía que se va a abrir en la extensión de la UTU acá en el barrio”, dijo orgullosa mientras mostraba sus diplomas. “Me gustó porque es algo nuevo, sobre todo ahora que se va a empezar a utilizar en todas las casas”. Para ella, es lo mismo estudiar en el liceo o en otro lugar, incluso “estos cursos me dan más conocimiento”, además que “conocés gente nueva y te amigas”, exclamó, a pesar de su visible aspecto tímido. “Al principio me cuesta pero después hablo con todos”.

Cursos de metalúrgica y soldadura en la Escuela Técnica Marítima (Gral. Leonardo Olivera 4215), dos de Introducción a la Constricción en el Club Tricolor y en el barrio Nuevo Amanecer, son algunos de los cursos que ha impulsado Uniendo barrios.  Mayormente son adolescentes que ni estudian ni trabajan pero se anotan también padres de familia –mujeres y hombres- que quieren profesionalizarse en un oficio específico.  “Se les da la oportunidad a otros porque todos tienen derecho”, aclaró Teresa. Algunos tienen una formación mínima, otros, no tienen primaria hecha. 84 fueron los jóvenes que se inscribieron, en el 2011, en los cursos mencionados, de los cuales 70 recibieron el diploma.

Para llevar adelante el desarrollo de los mismos, la comisión de Tricolor recorrió varios lugares “puerta a puerta” y así contó con el apoyo de varias instituciones y empresas públicas y privadas, que aportaron con insumos. Cuentan, también, con una gran labor de vecinos y vecinas (algunos que ya formaban parte de la comisión del club) de la zona y de otros barrios como Maracaná, Piedras Blancas, Nuevo París, entre otros, y comercios que donaron alimentos para las meriendas y desayunos, –al igual que el Instituto Nacional de Alimentación (INDA)-. El fondo Raúl Sendic, UTE, OSE, integrantes del Movimiento de Participación Popular (MPP), la Escuela Técnica Marítima (ex UTU), fueron algunas instituciones “que dieron una gran mano”, manifestó Catalina Soroa, vocera de Tricolor y hermana de la presidenta, ambas organizadoras del proyecto.  
Santiago “Pocho” Coronel, vecino de Nuevo París, fue en realidad el que trajo el proyecto, contó Catalina: “Sólo por hacer algo por el barrio”, y fue él quien vinculó gente de otras organizaciones sociales como Villa Teresa, La Tierrita, Los Magos, Arbolito, EMAÚS.

La próxima iniciativa que nuclea este proyecto es desarrollar una extensión de la Escuela Técnica (ex UTU) en la Teja con nuevos cursos. Cindy, ya se anotó para hacer el curso de gastronomía que dura dos años.
El aprendizaje en nuevos oficios no fue sólo lo que muchos chicos y chicas experimentaron, también  tuvieron la posibilidad de conocer el espacio de ciencia del LATU gracias a la donación de cien entradas por parte de UTE. Y 42 adolescentes de escasos recursos, cumplieron el sueño de conocer el Teatro Solís gracias a la donación de pasajes de ómnibus de la comisión de Movilidad Urbana de la Junta Departamental.

“Otra más”, exclamó con una sonrisa, al aparecer por la gran puerta, Isabel Caurega, quien forma parte de Tricolor y se encarga de las inscripciones. Una lista con aproximadamente 30 nombres traía entre sus manos. Hombres y mujeres de distintas edades, se habían anotado al curso de panadería que comenzará luego de semana de turismo, en el Centro de Industriales Panaderos del Uruguay (Av. Fernández Crespo 2128/2138), que incluye clases prácticas y teóricas, al igual que el curso de fibra óptica. Todos los martes, al caer el sol, la comisión de Tricolor y todos los vecinos y vecinas, que forman parte de Uniendo barrios, se reúnen. Allí discuten, intercambiaban opiniones y dan algunos avisos nuevos. Se organizan, se distribuyen las tareas: unos se encargan de hacer vínculos con empresas e instituciones, otros con los comercios y los vecinos y de esa forma el trabajo queda repartido. Otros se encargan de la muchachada: “al principio cuando realizamos el curso de construcción, algunos chicos  faltaban, entonces, los llamábamos para ver qué les había pasado e incluso, en algunos casos, varias veces los hemos ido a buscar a la casa”, detallaron. El seguimiento con los jóvenes es parte de la política ya que “si vemos que alguien no viene, nos preocupamos. Después ellos mismos nos avisaban, pero mayormente los chiquilnes se entusiasman muchísimo” porque muchos, “están tiempo esperando realizar un curso”. Existe una gran demanda no sólo por conseguir un trabajo sino por la necesidad de “formarse en algo”, indicó “el Pocho” que enfatizó en la existencia de una gran perspectiva de desarrollo y la estimulación en cursos con grandes probabilidades de inserción laboral.

No te quedes afuera
Estela Silva, de 32 años, es madre de cuatro hijos. Abandonó los estudios en los primeros años liceales: "hoy me arrepiento de eso". Pero años después, pudo retomarlos. Un curso de abañilería, en la Escuela Pedro Figari (UTU), le permitió trabajar en la construcción, lo que le fascina desde chica. "Es cierto que no podemos hacer el trabajo igual que ellos porque tenemos otro físico,  pero lo podemos hacer, hay muchas cosas que la mujer es capaz de hacer y bien", sostuvo en referencia a varias circunstancias de discriminación por las que tuvo que pasar en su trabajo como peón práctico. Vecina de La Teja, Estela realizó el curso de soldadura en la Escuel Técnica Marítima que organizó Uniendo barrios. Era la única mujer entre veinte hombres. "A veces las clases teóricas me costaban y una vez, un compañero me dijo: '¿si no te da la mente, para qué venis?'. Pero con mucho esfuerzo, me di cuenta después que realmente podía. Me choca que a la mujer siempre la demigren". Si bien afirma que la discriminación se siente siempre en todos lados, ella sigue luchando para ganarse su lugar como mujer y trabajadora y “siempre le doy el ejemplo a mis hijos de que todos podemos".

En la actualidad, viendo la falta de locales y el gran número de postulantes a próximos cursos, la organización de Tricolor, indicó que ya se ha contactado con FOICA (Federación Obrera de la Industria de la Carne y Afines), la Casa de la Amistad del Cerro y el Ministerio de Defensa para que les presten sus instalaciones y poder así concretar nuevos cursos.
No puesto el nombre por casualidad, Uniendo Barrios, lucha por seguir -valga la redundancia - uniendo barrios y reinsertar a adolescentes, jóvenes y adultos, que hoy optan por darse una nueva oportunidad de retomar los estudios, mejorar las condiciones educativas y laborales para crecer como personas y poder vivir mejor. Mucho más que excelentes expectativas unió este proyecto entre distintos y diversos barrios, que no sólo recibió sus felicitaciones y su reconocimiento por la buena labor exclusivamente solidaria, sino, y por sobre todo, le dio trabajo a muchos jóvenes. Y promete mucho más. Como dijo la presidenta de Tricolor: “está saliendo lindo”.

Virginia Martínez