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03.01.2012 - 14:16

Al Agua Pato

El 23 de diciembre comenzó el programa “Agua Pato” en la playa de Punta de Sayago.

El clima no aportó mucho para que 40 niños, niñas y jóvenes -de entre 6 y 18 años- de la zona oeste pudieran continuar las clases de natación en Punta de Sayago. Pero nada estaba perdido. Caminatas, juegos en la arena, castillos con piedras, recrearon el día de clase.
Desde diciembre de 2009, se realiza el programa “Agua Pato” en la playa Punta de Sayago, organizado por el Servicio de Orientación, Consulta y Articulación Territorial (SOCAT), el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), El Programa Infancia, Adolescencia y Familia (INFAMILIA), la Secretaria de Deportes de la IM, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), los guardavidas , vecinos y vecinas y concejales/as del Municipio A. Desde la temporada de 2011 se inició también en la playa Ramírez (Municipio B).
En esta experiencia, primera en la zona oeste y Montevideo, más que un objetivo, se sintió la necesidad “novedosa” de generar el aprendizaje de la natación en aguas abiertas, ya que en Montevideo no existían dichas instancias. “El programa playas siempre trabajaba en la arena, nunca en el agua y por eso también los guardavidas se integran [ahora] en este programa”, argumentó Leonardo Palmer de la Secretaria de Deportes de la IM y referente de la Escuela de Natación.
Beatriz Viera de SOCAT explicó que el proyecto, enmarcado en un plan regional efectuado por los tres SOCAT de la zona oeste, comenzó con encuestas realizadas a principios de 2009 en las escuelas de la zona. “Se consultó a los niños/as qué era lo que querían”, para que el dinero se invirtiera en lo que realmente ellos pretendían porque “hacer un proyecto en el que los/as niños/as no estén interesados no vale de nada ni es viable”.
La metodología utilizada dio como resultados que niños y  niñas deseaban un lugar para bailar y una piscina. En la zona oeste no hay piscinas, “las más cerca es en Paso Molino”, explicó Viera, para lo que dependen de dos ómnibus. “Como la piscina es de un costo muy grande hablamos con la  Secretaría de Deporte de la IM y así se fueron dando las cosas”, indicó Betariz, quien señaló, además, una impresionante experiencia vivida “por la mutua relación que se genera con los chiquilines”. Algunos asisten desde que “Agua Pato” comenzó, otros -a los que “se les da la oportunidad” de integrarse- tienen la vivencia por primera vez.

Iara de 9 años y Katty de 11 años, un poco tímidas, contaron que les gusta mucho la actividad y que han aprendido a nadar. “Antes sabía, pero no mucho. Ahora me siento más segura cuando nado”, confesó Iara. Además, se han hecho de amigos y han conocido gente.
Terminada la caminata por la orilla del mar, se sentaron en las rocas y el profesor empezó a tirar preguntas, una atrás de la otra, entre otras cosas, sobre las precauciones que deben tenerse en la playa en un día como hoy (ventoso y con bandera amarilla). Todos/as contestaban a coro.
Si bien los referentes de la “Escuela de Playas” -como la denomina Palmer- adquieren una formación vinculada, fundamentalmente, al aprendizaje en una piscina, las técnicas se adaptan a las aguas abiertas. Pero a las técnicas de natación y a la recreación en la arena, se le suma un aprendizaje integrado en el conocimiento de la orientación de los vientos, las olas, las zonas rocosas, la historia de construcciones históricas que acompañan las playas, como en este caso el frigorífico Nacional que se ve desde cerca. “Hoy no pudimos nadar por el peligro que marca la bandera amarilla pero hacemos una caminata para que los chiquilines aprendan lo que es la zona de las rocas”. Se trabaja en la integración social con el barrio puesto que Punta de Sayago es una playa al que asisten personas de varios barrios de la zona oeste de Montevideo. “Lo más rico, que es como si fuera el fondo de tu casa porque los gurises ven a los vecinos/as, a los compañeros de escuela, del liceo”, afirmo Palmer.
Se trabaja, también, con habilidades sociales como la solidaridad, el respeto, la resolución de conflictos, el manejo de determinadas emociones que se generan en una vida grupal “muy rica” durante los dos meses que funciona “Agua Pato”. A partir del 23 de diciembre hasta el 28 de febrero (los martes y jueves), la playa Punta de Sayago comienza a tener vida, más aún desde las 8:30 hasta las 12 horas con los niños, niñas y jóvenes que participan de este activo proyecto. El tiempo es bastante relativo teniendo en cuenta el clima, ya que los días de lluvia se recuperan para poder lograr que todas las etapas del aprendizaje de nado se cumplan. Se ponen redes en el mar y conos fluorescentes en la arena para señalar y limitar el espacio de dicho programa.

Luego que los participantes tomaron clases teóricas en las rocas, cada uno/a tomó una piedra y emprendieron la caminata de regreso para armar, posteriormente, entre todos/as, un castillo. Pero nadie se aguantó, a excepción de Martín -que mostraba ser un artista en la arena-. La bandera amarilla no fue excusa para no perderse de jugar en el mar con las olas y salpicar a los compañeros con la espuma que  las aguas movedizas brindaban en un día soleado pero con viento.
Para sorpresa de todos los niños, niñas y jóvenes que se sumaron a este proyecto, “este año cerramos el programa con un campamento en Floresta”, adelantó Viera. Quizás, muchos niños y niñas del oeste no conozcan ese balneario ¡Al agua pato también!

Virginia Martínez