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21.06.2012 - 16:34

Chacra Santa Catalina

El oeste de Montevideo está integrado por varias chacras que conforman el circuito turístico. La Chacra Santa Catalina nos recibió con todo su encanto.

Gianella Gallo vive en el oeste de Montevideo desde 1999. Dejó su casa en Charrúa y Requena para vivir en contacto con la naturaleza. Es propietaria de la chacra Santa Catalina, que además de ser su hogar, brinda diversos servicios al público.
Llegó al oeste de Montevideo de casualidad porque “estaba buscando chacras donde irme a vivir y no conseguía ninguna. El único que aceptó mi oferta fue el dueño de esta casa”, contó.  Por lo que no le quedaron más opciones. “Ahora estoy enamorada de este lugar”, donde comenzó un emprendimiento económico turístico.
“Al principio, mi idea era tener plantación de cultivos de plantas medicinales y de cuidado orgánico”, luego logró consolidar talleres sobre disciplinas musicales y medicina tradicional china, al que “vinieron terapeutas a atender y brindar aulas de danzas circulares. Pero en realidad, fueron bastante inviables en la zona,  ya que “con eso sólo no se mantiene el sitio”. De a poco “desarrollamos la implementación de eventos, el turismo, las reuniones de trabajo, cumpleaños, fiestas y se conformó la chacra en lo que es hoy, sin dejar de realizar actividades culturales e incorporando todas las cuestiones de los festejos como una manera de sostenimiento de la chacra”.
“Cuando me contrata un grupo, yo les cuento lo que hago. Viene gente mayor a tomar el té o a desayunar y me piden que les de una charla de plantas medicinales. Hacemos todos los recorridos por las huertas medicinales y por los invernaculos y, si hay interes real de aprender algún tema concreto asociado con la naturaleza, brindamos otra charla. Les cuento toda la parte de humedales, el conocimiento del área verde, que en esta zona es donde se produce el 60 % de lo que se comsume en todo el país, no solo en Montevideo”. En un entorno de campo, “nautico y cultural”, Gianella sostiene que tiene, además, el privilegio de estar a quince minutos del centro” y,  “es el único lugar donde hay yacimientos arqueológicos que pueden estar a la vista. Eso estamos trabajando con el Museo Nacional de Antropologia y después surge según lo que la gente quiera, la gente es muy variada”.

Respecto a los emprendimientos realizados contó: “desde el 2003 trabajamos en un proyecto que vino desde la Unión Europea y la Intendencia de Montevideo, en la reforma en la marina Santa Lucía en  Santiago Vázquez, pero dentro de ese mismo proyecto, había un aspecto de visibilidad del proyecto y apropiación de los vecinos. Ahí empezamos el trabajo de la Corporación Turística de Montevideo -que se llamaba así en ese momento- en la que estaba Lilian Quechichian. Comenzamos un trabajo de hacer mover a la zona e incorporarla al circulo turístico y promocionar la zona en las ferias de turismo de la region continental. Fuimos a Brasil, Chile y Argentina; fue demasiado pronto todo lo que se hizo porque la zona no estaba pronta. Se hizo un esfuerzo enorme y no redituó en casi nada.
Hace dos años nos integramos al conglomerado de turismo y desde el oeste, empezamos a convencer a la gente nuevamente, e incorporarse a una medida en la cual estuviera el gobierno y el municipio porque, en general, la gente es muy resistente.  Se conformó la mesa del oeste dentro del conglomerado Mose, la mesa de oferta cultural y de espectáculos. Dentro de esa mesa, se forma la mesa del oeste y propusimos una oferta nueva, que no tenía Montevideo, incorporando la visita turística.

En noviembre se lanzó la Guía verde, la cual marcó uno de los avances en el turismo del oeste. “Nosotros le proponemos a la gente que venga para estar inmersos en la naturaleza, hacer un paseo náutico, cabalgata,  ciclismos, senderismo, recorrer humedales con un guardaparques con conocimiento de flora y fauna y, con las antropólogas y la parte histórica”.
La zona “es un mundo en la ciudad”, indicó Gianella ennumerando las distintas variedades de animales que se encuentran allí: “hay cría de vacas, cría de caprino, cría de conejo, viñas”. “Eso tuvo un muy buen éxito, vinieron muchísimos agentes de turismoy mucho público especializado”, además de “prensa especializada en áreas turísticas y todo el apoyo gubernamental. Lo hicimos en un club de golf en el Cerro y fue parte de la articulación con toda la zona. Incorporamos  Melilla que no estaba dentro de nuestra zona, sólo Santiago Vázquez, la Zona Rural y el Cerro. Hicimos un acuerdo con la gente de Melilla y estamos trabajando muy bien con el Municipio G; le da variedad”, al punto que “adaptamos hasta el ferrocarril que no estaba previsto”. “Esa es la mesa del oeste que devino actualmente en una de las mesas más fuerte dentro del conglomerado y que comprende al Muncipio A jutno a la  articulación con otras zonas”.
“Nos escargamos de hacer saber dónde se están haciendo cosas y con quién hay que hablar”, esa es la clave para que la mesa del oeste se haya consolidado como lo ha hecho.
“Al haber muchos privados yo no puedo perder el tiempo, porque yo soy agente generador del impuesto que mantiene al Estado entonces,  si vengo a una mesa tengo que trabajar y obtener resultados, porque aunque no sean todos, tengo que planifcar, tiene que haber un método; voy a hacer tal cosa, no me dio efecto esto,  tengo que buscar gente para hacer esto otro y poder mostrar ese lugar. Creo que es eso a ido como cuajando tambié y ha ido madurando la idea turística en el país, que cuando empezó era como todo lo mismo, los directivos se preguntaban: '¿y estos de que estan hablando?'. Ahora en la mesa logramos que estén todos: está el desarrollo local y Montevideo Rural”. Actualmente hay siete u ocho chacras que comprenden el grupo que trabaja en el oeste turístico, al que también se sumaron bodegas que reciben a turistas no sólo de países vecinos como Argentina y Chile, sino también turistas europeos.

Noelia Rocha