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25.09.2020 - 13:47

101 años no son nada

La Plaza Lafone celebró 101 años y homenajeó a los/as educadores/as.

El sábado 19 de setiembre, la Plaza Lafone se vistió de gala para celebrar su aniversario nº 101.

La organización de la actividad estuvo a cargo de la Comisión de la Plaza, representada por las vecinas Alondra Fernández y María Jesús Dominguez.

Sobre la calle Ruperto Pérez Martínez - frente al Club Arbolito -, se montó un escenario donde Gilda Gutierrez y Claudia Menvielle, se encargaron de animar a niños, niñas, vecinos y vecinas durante toda la tarde, y también de presentar a los diversos artistas y espectáculos  que dijeron presente en esta celebración.                                                                                    

Los primeros en subir al escenario fueron Los Duendes ( Murga del Carnaval de las promesas), quienes presentaron cuplés de actualidad referidos a la pandemia causada por el Coronavirus que estamos atravesando en la actualidad, siempre desde su perspectiva adolescente.

Seguido a ellos, La Tomasa para niños se encargó de hacer bailar y divertir a grandes y chicos. Durante la semana se invitó a que los niños y niñas diseñaran sombreros para participar en el Concurso al Mejor Sombrero de Primavera, donde el ganador se llevó una torta, gentileza de la Panadería y Confitería Palermo.

Mientras los espectáculos estaban en marcha, en el predio de la plaza, los compañeros y compañeras de CECUVI entretenían a niños y niñas con actividades del tipo circense que forman parte de los talleres que brindan en su espacio.

Los grupos de zumba infantil Laureles y de CECUVI también tuvieron su espacio de muestra.

Fabricio Edwin, artista del barrio, presentó su música y acompañó de manera instrumental, la lectura de los poemas dedicados a los educadores a cargo de Gilda y Marcela.

El resto de la tarde estuvo animada con el grupo tropical Los Picantes y el cierre de los festejos estuvo a cargo de Pablo Cocina.

En el espacio de la plaza se encontraban puestos de comida, artesanías y plantas.                   

Una de las consignas de estos festejos era que quienes asistieran  llevaran un alimento no perecedero para colaborar con las ollas populares de la zona.