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28.03.2012 - 12:38

Militante social, ¿especie en extinción?

Publicada en diciembre de 2011.

Iniciamos el año que pasó con muchos proyectos interesantes, producto de la decisión democrática de los habitantes de la zona que aprobaron en el cabildo de noviembre del año pasado el plan de desarrollo municipal, elaborado en conjunto entre el Gobierno Municipal y los Concejos Vecinales .
Dicho plan planteaba en líneas generales cuáles eran las ideas, propuestas, acciones e inversiones en los que el municipio haría énfasis este año que pasó.
A su vez, esta nueva forma de gobierno colegiado, que son los municipios, debía desarrollar la estructura necesaria para realizar las tareas de las que debe hacerse cargo y cumplir con las expectativas de la gente que había trabajado en los planes a desarrollar. 
Esa dualidad de construcción de servicios y de búsqueda permanente de la participación ciudadana es lo que marca la gestión de este año que paso.

La participación en la gestión, el desafío.

Si bien nuestra zona tiene una grata historia de lucha, movilización y participación popular que ha ido cambiando, así como ha ido cambiando los objetivos de esa lucha, hoy la participación pasa por movilizarse por objetivos concretos, tal es el caso de algunas de las propuestas ganadoras del Presupuesto Participativo.
Se ha perdido un poco ese sentimiento de solidaridad que siempre caracterizó a los barrios que hoy comprenden el municipio, esto hace que hoy un militante social sea una especie de verdadero superhéroe, que trabaja de repente en la comisión fomento del barrio, en el Concejo Vecinal y ayuda en el comedor de la escuela donde concurren sus hijos, y son pocas las personas que se suman y se comprometen a trabajar por los demás.
Esto hace que se repita la misma gente en muchos ámbitos, cosa que, al menos en la zona del Municipio A, hace algunos años no pasaba.
Muchas personas le echan la culpa de esto a la creación de los concejos vecinales, de echo los análisis realizados en un libro por los diez años de la descentralización que se realizó en la zona 14, algunos de los entrevistados manifestaban que la creación de estos órganos fueron el principio del fin de las comisiones de fomento de los barrios y no la forma de canalizar las necesidades de estas comisiones en relación con el gobierno departamental.
Sin embargo, son estos órganos los que han logrado que muchas de las propuestas y necesidades de la zona sean escuchadas y realizadas por el gobierno departamental, quizás el mayor debe pase porque en realidad un porcentaje importante de los habitantes de las diferentes zonas no saben que existe una especie de “superhéroe” que anda de reunión en reunión, planificando y haciendo actividades buscando trabajar para mejorar las condiciones de vida del barrio y sus habitantes.
Estamos seguros, siendo autocríticos, que la responsabilidad en este caso es de la institución, pero es posible cambiar.
Creemos que existe un efecto residual de participación popular marcada por la lucha barrial en la zona que entendemos que es necesario rescatar y reforzar con el fin de encaminar la participación y reflotar el trabajo. Debemos buscar nuevas formas de llegar a la gente ya que la participación hoy por hoy no es solo presencial y la democracia también se construye hoy vía Internet. Son miles las personas que participan activamente por esta vía autoconvocándose para trabajar sobre elementos concretos ¿Porqué no para trabajar por el bien del barrio?
En un mundo en donde las nuevas tecnologías dominan, descartar esta forma de participación significaría dejar de lado a miles de personas que viven en la zona. Esto no significa para nada descartar la participación presencial, todo lo contrario, debemos tomar medidas con el fin de fortalecerla, lo que sí debemos asumir que existen otras formas de participación y debemos buscar la forma de que la descentralización llegue a ellos.
Debemos romper moldes preestablecidos a la hora de hablar y comunicarse con los vecinos y las vecinas del municipio.
Esto significa adaptar la institucionalizad a las nuevas formas de participación, reconstruir vínculos rotos por diferentes estrategias educacionales que a mediados del siglo pasado apuntaron a romper el entretejido social verdadero, multiplicador de valores tan sentidos como la solidaridad y la necesidad de construir en forma colectiva soluciones a los problemas de todos y todas.
Creemos que los municipios, como tercer nivel de gobierno tiene la oportunidad de  acercar el Estado al barrio.
Al principio de esta nota hablábamos de los militantes sociales como verdaderos superhéroes, creemos que la experiencia acumulada, el vinculo con la gente y el trabajo que realizan son la base de esa verdadera revolución participativa que necesita la descentralización. Para ello deberemos escucharlos más y aprender de su experiencia. Reinventar y profundizar la democracia participativa es el desafío
¿Estaremos a la altura de la circunstancias? Solo el tiempo lo dirá, mientras tanto te esperamos para seguir construyendo el oeste que todos soñamos.