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09.09.2015 - 14:16

Será solo un rumor

Son las 20:30 horas, es 1939, en Estados Unidos; el país se paraliza para escuchar el radioteatro.

Son las 20:30 de la noche, es 1939, en Estados Unidos el país se paraliza para escuchar el radioteatro, y la teatralización de diferentes obras de teatro y literarias que semana a semana Orson Welles y el Teatro Mercurio del Aire llevan adelante la obra de esta noche es La Guerra de los
Mundos de H. G. Wells.
Ha pasado tiempo desde la crisis de 1929 que destruyó la economía del país y llevó a una ola de suicidios que destruyó la alegría de los años 20. La guerra en Europa es una realidad, Adolf Hitler avanza sobre el mundo y la ideología nazi se expande y gana adeptos en toda América incluyendo Estados Unidos.
La segunda guerra mundial es una realidad y eso se vive y se palpa en la
vida diaria.
La radio es el medio preferido de las personas para soñar y abstraerse
de la realidad. No existe casa, ni clase social que no tenga un receptor.
Son las 20:30 y Orson Welles dice en el micrófono: “sabemos ahora,
que en los primeros años del siglo XX, nuestro planeta estaba siendo
observado muy atentamente por inteligencias superiores a las del hombre,
aunque también tan mortales como las nuestras.
Sabemos ahora que mientras los hombres se dedicaban afanosamente
a sus múltiples ocupaciones y negocios, estaban siendo examinados
y estudiados, tan minuciosamente, como el hombre mismo hacecon un microscopio cuando examina los microbios que se concentran y
multiplican dentro de una gota de agua. La gente se movía alegremente
de un lado a otro por todo la faz de Tierra, dedicada a sus particulares
quehaceres. Individuos plenamente convencidos de su dominio sobre
este pequeño planeta del sistema solar, que por casualidad o mejor
dicho, por designio Divino, el hombre ha heredado, escapando, así, de
la misteriosa oscuridad del tiempo y del espacio.
Sin embargo, a través del inmenso universo, mentes que son a
nuestras mentes como las nuestras lo son a las de las bestias de la jungla,
inteligencias poderosas, frías y carentes de sentimientos, contemplaban
con envidia nuestro planeta Tierra. Seres que lentamente, pero con mucha seguridad, preparaban un plan contra nosotros”.
Durante cincuenta y ocho minutos el caos reina en varias ciudades,
incendios, suicidios, gente que sale despavorida de las ciudades, ya
que creen realmente que estamos ante una invasión de Marte.
Se calcula que 32 millones de personas escucharon esa transmisión, que
se volvió a repetir en Ecuador, años más tarde, logrando la misma reacción
de la gente, quiene cuando se enteraron que era mentira, destruyeron
la emisora de radio.
En el año 2001 en el Uruguay, en medio de la crisis económica un rumor ganó fuerza y fue reproducido reproducido por los medios de comunicación.
Una orda de individuos venía destruyendo y desvalijando negocios; entonces
18 de julio cerró sus negocios a las 4 de la tarde en un día de
semana. La fuerza y los disturbios que se habían dado ese diciembre
en Argentina llevó a la denuncia del entonces presidente De la Rúa; y el
pasaje de 5 presidentes en dos días, reproducido por los medios nacionales
en forma exhaustiva, llevaron a que la conciencia colectiva estuviera
predispuesta a que un rumor de estas características se convierta en
una realidad insoslayable.
Al decir de Joseph Goebbels, secretario de propaganda del nazismo,
una mentira repetida miles de veces se convierta en una verdad y eso pasó pero la orda de personas nunca llegó, nunca se pasó una sola imagen; hasta la policía se preparó para un enfrentamiento que nunca hubo porque era mentira.
La tele, las redes sociales y nuestra vida hoy
La influencia de la televisión en el desarrollo de valores en la población
de un país puede ser decisiva, pues para un número muy alto
de personas es la única fuente de información como para muchos es lo
que sucede en las redes sociales; hoy la gente se informa a través de Facebook de situaciones y a partir de allí toma opinión o busca información. A
tal punto que Facebook fue la herramienta más usada para la caída, hace poco más de dos años, del régimen egipcio que llevaba más de cuarenta
años en el poder generando el concepto de la primavera árabe, que en
la práctica era el mismo perro con diferente collar, pero esa es otra historia.
Por un lado la televisión busca por medio de su programación incidir
directa o indirectamente en nuestros valores, formas de pensar y de
actuar; la expansión de Internet y de las redes sociales da la posibilidad
de generar noticias por parte de cualquier persona u organización y
que la misma sea reproducida por los medios multiplicándose por miles,
viralizándose muy rápidamente.
Convirtiendo, en el caso de Facebook, cada “muro “ en un medio de
comunicación.
El último ejemplo
Hace poco tiempo se realizó en nuestra zona una quema de cubiertas
en Cibils y la Ruta 1; la causa de la misma: la inseguridad. Alguien
le dijo a alguien, que apareció su hijo muerto sin ojos, sin riñones y con
cincuenta pesos en los bolsillos, que están robando niños para quitarles
los órganos. Entonces los vecinos reclaman por seguridad. La noticia
fue reproducida tanto por televisión, Internet y radio.
Según las fuentes consultadas
que no quisieron ser reconocidas, esta situación se está dando en otras
zonas del país y había denuncias concretas sobre el tema. El rumor
se expandió, la sociedad comenzó ahablar del tema hasta que el Ministerio
del Interior informó que no había denuncias del tema, que no se
conoce ningún caso y que todo salió de un rumor.
Como premio consuelo se informó que una madre dijo que unos
individuos intentaron secuestrarle a su hija una semana antes, pero que
ella no denunció la situación. El rumor dicho varias veces se volvió realidad,
basado en que las personas piensan que eso sucede, pasa a la
vuelta de la esquina que la sensación de inseguridad es mayor a la real y
que la verdad que se reproduce en los informativos de las 20 horas
es la realidad pura; las cadenas de Whatsapp, Twitter y hasta la cadena
de parlantes son la base de una herramienta que sirve para transmitir
valores y destruirlos; crear ídolos y destruirlos, generar necesidades,
vínculos e ideales.
En una sociedad en que cada vez estamos más comunicados, pero
a la vez contradictoriamente más solos, es necesario educar en casa
sobre valores y en lo que es el lenguaje audiovisual, eso que nos entra
por ojos y oídos, que no nos mandan pero inciden en nuestras decisiones.
Para poder discernir entre el rumor y la realidad.
Escrito por Pablo Khalil.