La historia afro en el territorio, está ligada desde sus inicios al conventillo Medio Mundo, el cual fue uno de los espacios comunitarios afro más grandes del siglo XX. Un lugar donde gran parte de la cultura uruguaya se vio enriquecida, un espacio que era una forma de vida y una gran historia de familias viviendo en comunidad. El 3 de diciembre de 1978 durante la última dictadura cívico-militar, tras la declaración municipal de “peligro de derrumbe”, las familias que habitaban el Medio mundo fueron desalojadas y trasladadas forzosamente a “lugares transitorios”. Sin embargo la motivación del desalojo era la discriminacion y el racismo, llevando a varias familias del lugar a establecerse en Cerro Norte y Capurro. Fue el semillero de grandes figuras como Rosa Luna (1937-1993) que salió entre otras comparsas, en la Gran Morenada. Allí nacieron las raíces del carnaval y la historia de dos barrios: La familia Silva del Medio Mundo y los Jiménez de Palermo.
Maria Luisa “Pocha” Pereira, siempre fue vecina de la zona oeste, su compromiso de vida estuvo marcada desde sus inicios con la sociedad y la militancia, llevándola a ser concejala del municipio.
Trabajó en el deporte, en la salud, en la cultura y por supuesto, con los afrodescendientes. Fue la encargada y abanderada en lograr que la mesa afro se institucionalizara y formara parte de las políticas públicas dentro del municipio. Cuenta que en aquel entonces, la mesa ya existía en forma de reuniones y charlas en el Club Atlético Rápido De La Teja.
Los Inicios
Por las amistades de las personas entre el Club y Mundo Afro, surgieron ideas y propuestas para reunirse. Con el apoyo de la Secretaría de afrodescendientes, género e inmigrantes y más adelante del Municipio A, donde se continuó el trabajo nombrando a los referentes de la mesa hacia el territorio.
“Trabajamos para que la mesa pasara a ser institucional, porque si bien era la mesa que iba a representar todo el territorio del municipio A, no estaba institucionalmente, era una mesa”, explica Pereira.
Se oficializó en el Centro Cultural Florencio Sánchez, donde se hizo la actividad “Nunca Más", allí participaron Janín Vera y Alicia Rodríguez, pertenecientes a Mundo Afro, con el alcalde Juan Carlos Plachot y María Luisa Pereira, referente nombrada en ese momento por el alcalde como encargada de la mesa institucional de los afrodescendientes y emigrantes en el territorio del municipio A.
“Nuestro compromiso es un poco eso, mostrar lo que es cultural, lo que es la salud del afrodescendiente, lo que es el medio ambiente. La gente cuando escucha sobre la mesa afro, dice ¿dónde van a ser? ¿Qué es lo que van a hacer? Antes no, no le daban importancia. Ahora, despacito, como un camino de hormiga, la gente se interesa. Dicen, “ah, mirá, están haciendo la mesa de afro”. Entonces, eso ha hecho que a través de la palabra, de contarle a la gente y de poder invitarlos a estos momentos, se acercan”, afirma Pereira.
El trabajo es realizado a partir de reuniones, encuentros y organización determinando los roles de los participantes, a quienes se llama e invita, como también la elección de la temática, lo que describe Pereira como un trabajo “que lleva mucho tiempo y responsabilidad”.
De los ocho municipios, la mesa ya está en seis, todos tienen perfiles diferentes, algunos profundizan en la diversidad, otros en cultura o en artesanía.
“Yo puedo estar en todos lados donde se trabaje a nivel política social, desde el niño, desde el bebé, desde la panza de la mamá, hasta la persona mayor, esa es mi vocación y mi compromiso. Donde se necesite, ahí voy a estar”, manifestó Pereira.
Pereira considera que Uruguay fue racista y es racista, “tal vez hoy no lo sea tanto o no se muestre tanto, pero en realidad sí, todos los seres humanos, cuando nos quitan la piel, abajo somos todos iguales, ese es el color de piel”, agrega que de niña fue una de las pocas privilegiadas que no sufrió personalmente, quizás por su personalidad que la ayudó a sobrellevarlo.
La visibilidad afro
“Es sumamente importante que esta temática sea visibilizada, que la gente afro, los niños, los adolescentes, las personas mayores, sean visibles. Si bien se han logrado derechos, si bien vemos alguna persona afro, como diputado o edil, son casos muy puntuales, hay que seguir luchando para conseguir espacios, ya que aun existe la discriminacion”
Pereira cree que otro lugar donde hay discriminación es en los medios de comunicación y los escasos lugares que ocupan en la cultura, donde la ausencia de las personas afro está presente. “No hay un cambio real y por eso es importante las instancias como estas, como estas mesas, ya que son espacios para visibilizar, hablar y comprometerse con lo nuestro”, concluye.
Alicia García, es referente y directiva de Organizaciones Mundo Afro. En este momento también coordina la red de mesas y afrodescendencias en los municipios. Nació en el barrio Ansina - Palermo, al igual que toda su familia materna, eran nacidos y criados en el barrio, su familia paterna era de la Unión, pero ella hace años que vive en La Teja, en el pueblo Victoria.
Viene de familia carnavalera. Con “parceros” que les gusta el samba, en un matriarcado muy grande, con una abuela matriarca que dirigía a sus hijos y a la familia de sus hijos, “nos mandaba y nos cuidaba a todos”, afirma. La cultura siempre estuvo dentro de su familia. En 1995 ingresa a Mundo Afro y allí empieza con la militancia profunda. Hoy es directiva, pero sigue siendo militante, una opción de vida.
Aprendió a trabajar sobre el género étnico y las mujeres negras. Ese año se crea por primera vez un coro de mujeres y una comparsa que desfila muchos años en las llamadas de Mundo Afro. Eran entre 80 o 90 mujeres desfilando con túnicas tradicionales.
En este mes de octubre mantienen una consigna desde hace 33 años donde definen que los tambores, “nunca más el 12 de octubre”. Entienden que después del “descubrimiento de América”, comienza la trata esclavista, donde las personas afro se distribuyen como mercancía en toda Latinoamérica.
Para ellos, el último día de libertad de sus ancestros fue el 11 de octubre y a partir de ahí consideran que los tambores nunca más el 12. El 12 de octubre no es el día de la raza, es el día de todas las razas del mundo.
En los barrios tradicionales como el Medio Mundo era costumbre que los 12 de octubre salieran las cuerdas de tambores para reafirmar las raíces y aunque la dictadura las desapareció, luego de un tiempo comenzaron a desplegarse por todos los barrios montevideanos, incluso llegando al interior.
“Somos patrimonio, el candombe desde el año 2006 fue declarado por la Unesco patrimonio cultural intangible de la humanidad, nosotros reivindicamos muchísimo el tema de que el candombe es música”, expresa García.
La importancia de la gramilla
Los candomberos de ayer, son los personajes típicos: las mamás viejas, los gramilleros, los escoberos, retratados en arte por las artesanas afro que se encuentran en los diferentes stands. Los candomberos de hoy son los jóvenes que están con el canto, como el músico Darío Píriz. Los candomberos de siempre son los que tienen muchos años de historia en el candombe como Eduardo Da Luz y Chabela Ramírez.
El tema de la gramilla para ella es muy importante, en Mundo Afro formaron el grupo Edufocan (Educación Formal Candombera), donde abordaron el tema de los personajes, “no solo consiste en ponerse un traje y salir a bailar”, sino conocer la importancia de cada personaje dentro de la cultura, el próximo 13 de noviembre en Mundo Afro se realizará un conversatorio sobre el tema.
Cree que ponerse el traje de mamá vieja, “representa muchísimo”, como el lugar de las mujeres lanceras, que fueron las que pelearon por la independencia del país, a la par de los hombres: “represento a mis tías, a mi abuela y a mi familia”. Lo mismo con las mujeres lavanderas, pasteleras, las nanas de leche, etc.
Es similar lo que pasa con el gramillero, el médico de la tribu, es una representación de los ancestros.
Ella siempre fue carnavalera, pese a que por un tiempo no pudo salir debido al machismo de la época (todos tocaban el tambor, pero las mujeres no). Comenta que las discriminaban, hasta que cumplió 20, cuando subió por primera vez al Teatro de Verano, justamente a tocar el tambor y solo lo sabía su abuela, la matriarca.
García considera que se ha avanzado en la concientización entre la comunidad, pero no se debe permitir dar un paso atrás, porque el adquirir derechos les abrió camino a nuevas posibilidades. En el 2000 fueron partícipes de la pre conferencia ciudadana para la 3ra Conferencia Mundial en Durban (Sudáfrica). “Siempre decimos, fuimos siendo negros y salimos siendo afrodescendientes, porque siempre entendimos que la definición negro era la que nos había dado el esclavismo por mercancía”, afirmó.
Por otro lado, argumenta que en la actualidad si alguien busca el significado de la palabra “negro” en un diccionario, se refiere a un color o a una cosa. Sin embargo, en el pasado la nominación estaba asignada a “se vende una negra, se vende un negro”.
En la conferencia se brindaron recomendaciones para el Estado Uruguayo, donde se habló de la reivindicación, reparación y acciones afirmativas para el colectivo. A raíz de esto se conformaron las oficinas de Equidad Racial que existen en algunos ministerios y ámbitos municipales.
También se promulgó en el 2013 la Ley 19.122, “Fijación de disposiciones con el fin de favorecer la participación en las áreas educativa y laboral, de los afrodescendientes”, profundiza en que el 8% de los puestos de trabajo deben ser ocupados por personas afrodescendientes. Como también fue volcado luego hacia la diversidad.
Garcia entiende que hay avances, pero que deben encontrar la forma de “hacerlos cumplir” y agrega que, por ejemplo, el oeste es uno de los sectores más vulnerados de la ciudad, uno de los lugares “más profundamente afectados”, sobre todo porque la gente carece de información, por eso es esencial el trabajo de las referentes que ocupan el rol de transmisoras.
Finaliza reflexionando sobre el racismo estructural, explica que se condena el racismo abierto, pero los que discriminan buscan formas de solapar el racismo racializando, por eso considera que el trabajo es “interminable” y que si bien ya forma parte de una tercera generación de Mundo Afro, van a continuar en la lucha, como comenzaron en la Asociación Cultural y Social Uruguay Negra, donde aún no se hablaban de estas cosas y cuando se intentaban abordar los echaban por “revolucionarios o comunistas”. Ese fue el puntapié inicial para la creación de Mundo Afro en el 89’, pero aun siguen aprendiendo, porque según García: “ya no es una cuestión sociopolítica, por eso hay que seguir la pelea como siempre”.
