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22.03.2013 - 13:49

Un Montevideo sin fracturas

Foto: Damián Musso Sosa
Entrevista con Héctor Guido, director del Departamento de Cultura de la IM

Integrante de una “legión de soñadores” y trabajadores de la cultura, Héctor Guido, desde El Galpón a la Dirección del Departamento de Cultura de la IM, comprometido con el valor de la participación y la democratización del acceso a la cultura. Conversó con + Oeste acerca de las principales políticas del departamento.

¿Qué significa que Montevideo sea la Capital Iberoamericana de la Cultura?

Es un reconocimiento a Montevideo como ciudad en el marco de las  Instrucciones del año XIII, que es quizás uno de los documentos más importantes que refleja el pensamiento artiguista. El nombramiento surge de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), esa organización tiene diferentes ejes temáticos como cultura, desarrollo económico, social, entre otros. Cuando fuimos a la reunión de la secretaría de cultura de la UCCI, en El Salvador en 2011, propusimos a Montevideo para ser Capital Iberoamericana en el 2013. Desde un comienzo, además de hacer espectáculos, procuramos un importante espacio para la reflexión del rol que juega la cultura, cómo convivimos y cómo se construye ciudadanía a través de la cultura.

¿Cómo fue asumir la dirección del Departamento de Cultura? ¿Logró,  desde su mirada de actor, visualizar sin problemas el trabajo en otras áreas de la cultura?

Me he sentido muy bien, cómodo y respaldado. Tuve una formación en El Galpón en un momento histórico muy complicado, como fue la década del setenta, que fue a base de militancia y de estar en contacto con todas las artes. Ahí no existía la frontera entre un músico, un actor, un escritor. Me tocó llegar con una experiencia acumulada importante en ese sentido.
Lo que es un territorio nuevo, es el tema de la administración pública. Yo nunca estuve en la administración pública y tengo que ir aprendiendo. Heredé un trabajo muy importante de las anteriores administraciones. En algunas áreas solamente debía preservarlas, cuidar que los proyectos pudieran desarrollarse y crecer.
Si es que podemos hablar de particularidades de esta administración, una es que hemos logrado que las organizaciones sociales y los gremios de la cultura formaran parte de la construcción de las políticas. No son organizaciones meramente testigos, sino que son protagonistas a través de un Consejo Departamental de Cultura.

¿Cómo hacen para articular tanta diversidad de propuestas y a la vez comunicarlas efectivamente?

No lo hacemos bien. Tenemos muchas actividades, que a veces no son del conocimiento de la población, es uno de los aspectos que claramente tenemos que mejorar como departamento, en principio en una mejor comunicación y organización internas. Debemos también generar vasos comunicantes  fluidos para con el territorio, articulando con los Concejos Vecinales, las comisiones de cultura. Eso que a mi juicio es la sustancia de cualquier gestión cultural pública: la sociedad civil y sus organizaciones.

POLÍTICAS Y ACCIONES

¿Qué evaluación hace del Programa Esquinas, teniendo en cuenta la evolución que ha tenido desde su creación?

Fue fantástica la concepción de ese programa. El criterio es que la cultura está en todas partes, en todos los barrios. La cultura no es una cosa portátil, que uno le lleva al otro pensando que no la tiene, y que hay un culto y un inculto. Ese es un aspecto muy colonizador de la cultura, donde se piensa que hay que llevar la cultura a los barrios. Los barrios tiene su propia cultura y cuando uno dice “yo en la esquina con mis amigos construimos cultura”, es así. Las esquinas, en otras generaciones los viejos boliches, son lugares de convivencia generadores de elementos culturales fermentales. El proyecto Esquinas es el respeto a la cultura que existe en cada territorio, es la búsqueda del intercambio y la necesidad del acceso. La cultura artística está muy centralizada en Montevideo y eso produce una fractura muy grande con los habitantes que están más alejados. El Programa Esquinas permite que podamos construir entre todos un Montevideo sin fracturas.

¿Considera que opacó el trabajo de las Casa de la Cultura y Centros Culturales o éstos mantienen aún una demanda cultural propia?

La idea es que sean complementarios. Lo cierto es que en algunos lugares las Casas de Cultura o las comisiones se pueden haber sentido avasalladas por el Programa Esquinas. En eso es que hay que estar con los ojos bien abiertos, escuchar mucho al vecino porque este no es un programa para desembarcar en los barrios.

El proyecto de extensión escolar ¿está pensado para que llegue a todas las zonas de Montevideo o se centralizará en la Sala Zitarrosa? En ese caso, ¿está previsto un sistema de locomoción para los barrios más alejados?

El área de atención a los escolares es fundamental para todo nuestro trabajo, aunque no está en el punto que nosotros deseamos. Creemos que todas las escuelas públicas deben tener acceso gratuito y democrático a todos los espectáculos. Es parte de la formación y de la convivencia de los niños.
Desde lo público tenemos que trabajar más. Estamos sumando nuestras salas y tendríamos que lograr que esto no sea con una carta que le llegue al padre, para que ponga equis dinero para pagar la locomoción o la entrada. Ahí es donde tenemos que revisar las políticas de acceso, que tienen que ser sin ningún límite.
También es importante comprender que no ha sido fácil incluir dentro de los programas de desarrollo del niño o del adolescente el acceso a las artes y la creación. Habría que revisar los programas educativos, para dejar claro que no es un escape de la clase, es parte de la formación.

Las exposiciones fotográficas a cielo abierto han tenido una repercusión importante entre los montevideanos ¿podríamos decir que son la puerta de entrada a otras exposiciones, por ejemplo en museos tradicionales?

Sí. Creo que es fantástico que a la obra de arte le estemos incorporando los avances de las ciencias que el hombre va conquistando día a día. Eso nos permite visualizar diferentes maneras de concebir un espacio expositivo, en esas exposiciones a cielo abierto se pueden aplicar otras formas de hacer llegar el arte. Intuyo que apenas estamos comenzando.

A más de 5 años de creado el Programa Montevideo Ciudad Teatral ¿cuál es el estado de situación?

Montevideo Ciudad Teatral fue creado atendiendo las necesidades que tiene el movimiento independiente de teatro, con un fondo de $2.500.000. Seguimos avanzando en el diagnóstico y ya el año pasado el programa tuvo $25.000.000.
La protección de los espacios conquistados por la sociedad civil en la cultura es para nosotros una misión absolutamente irrenunciable. No vamos a ceder ningún espacio artístico más, por eso hicimos una apuesta muy fuerte a apoyar a todas las salas de teatro independiente y la producción de teatro. Lo hicimos en forma participativa con la Sociedad Uruguaya de Actores, las compañías de teatro y FUTI, donde están federadas las salas. Su creación fue importantísima y tuvo un impacto muy fuerte.

¿En qué consiste el Programa de Fortalecimiento de las Artes?

Es una iniciativa de esta administración, creemos que hay que tener una política clara hacia todas las artes: las artes plásticas, las artes visuales, el teatro, la danza, la música.
Tenemos un proyecto con la música, donde la gente del teatro, como contrapartida de los dineros públicos que recibe del programa de teatro, les da las salas sin costo a los músicos. A su vez, nosotros les pagamos los conciertos a los músicos, respetando la ley del artista, lo que nos permite tener entradas gratuitas para todos los vecinos de Montevideo. Como resultado, el músico deja de estar aislado y tocar en boliches, que no es el lugar más cómodo para tocar o ser apreciada la música. Se hicieron más de 100 conciertos y este año tenemos un fondo de $2.000.000 para desarrollar más conciertos.
Hicimos un convenio importante con la danza, que se agrega al proyecto, con fondos que son históricos.
Sumamos también una circulación de Cine Móvil para el arte audiovisual y la IM le va a ceder sin costo tres salas de exhibición a Cinemateca. Estamos obligados a ver determinado cine por intereses de las distribuidoras y Cinemateca es la institución que nos asegura la diversidad de pantalla, por lo tanto entendemos que tiene que haber un fuerte compromiso público.
Otro proyecto refiere a normativas para las grandes construcciones edilicias. Coordinamos con los constructores y los artistas plásticos para que el 1% de la inversión de las construcciones sea destinado a la obra de un artista plástico. Así se construye una ciudad, dejando la huella de sus artistas.

A pesar de la gran oferta de lectura a través de Internet, ¿considera que las acciones promovidas desde las Bibliotecas Municipales consiguen despertar el interés de los montevideanos por los libros?

Las Bibliotecas son un tema difícil de encarar, arrastran un serio problema, que va de la mano de los nuevos avances de la tecnología. Están en decadencia, hay que hacer un gran cambio. Inauguramos el proyecto “Zambullite en la lectura”, tenemos un Bibliobús, que es una biblioteca móvil. Nada de esto es suficiente. El proyecto de bibliotecas requiere un cambio de criterio. Tenemos que dejar de pensar la biblioteca como un depósito de libros. Tiene que ser un lugar interactivo, con nueva tecnología, donde los gurises puedan sentirse en un lugar creativo. No estamos diciendo nada nuevo, esto pasa en todo el mundo.

El tema de los zoológicos genera rechazo en gran parte de la población y se critica duramente a la gestión, ¿qué podría decir al respecto?

El zoológico de Villa Dolores, que acaba de cumplir 100 años, es el paseo más concurrido del departamento, pero tiene muchas dificultades. La división que atiende los parques protegidos desarrolló un proyecto para hacer un Sistema Nacional Zoológico, articulando el Parque Lecocq con Villa Dolores, teniendo un único coordinador para ambos lugares e incorporando el Museo Oceanográfico. Hay que tener cuidado de no ser contradictorios. Cuando les planteamos a los niños que debemos mantener una armonía para con el medio ambiente, la naturaleza y los animales; debemos ser los primeros en dar el ejemplo, en ningún espacio un animal puede estar sufriendo. Es atendible lo que se plantea, esos lugares son el resultado de un diseño de otra época y requieren hoy repensarlos. En eso estamos.

¿Cómo evalúa el trabajo de cultura en materia de descentralización?

Creo que tenemos que articular mucho más con otros departamentos de la IM y los vecinos en territorio. Estamos lejos de tener una participación como la que aspiramos. No podemos ser autocomplacientes en esto. Si bien, por supuesto que se está haciendo y de buena manera, aspiramos a más. Tengo siempre un llamado de alerta de Alba Antúnez, encargada de descentralización, de que hay que generar muchos más espacios para que se puedan expresar las diferentes realidades. Y como pasa con todo lo nuevo, como es la estructura del municipio, tiene su tránsito para que lo podamos madurar. Si escuchamos los medios de prensa, hasta los propios referentes políticos, la palabra “municipio” es muy poco empleada, eso es un síntoma de que estamos lejos. Y debemos ir por más.

Jandira Dávila

Fuente: + Oeste