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06.12.2012 - 17:19

“Creyendo en las mismas cosas”

Una mañana lluviosa y un pequeño bar fue el escenario de la entrevista. El próximo 12 de diciembre actuarán en el Paso de la Arena

Una mañana lluviosa y un pequeño bar de la zona más urbana de la ciudad fue el escenario que protagonizó el encuentro con uno de los hermanos Mattioli. La entrevista fue un viaje donde recorrimos momentos de la historia uruguaya, los comienzos de La Teja Pride y el nuevo trabajo discográfico que promociona la banda: Las Palabras y la tormenta.
Hijos de exiliados en la dictadura, ¿cómo viviste la infancia junto a tu hermano Davich?

Hasta e1985 vivimos en Estocolmo, la capital de Suecia, un paìs de nueve millones de habitantes, de los cuales cinco son rubios y un estado de bienestar gigante, un paradigma de la social democracia. Para nosotros Uruguay c0n la “cabeza de Suecia” era super anárquico, aunque había menos libertades civiles que en Suecia. Acá esta prohibido tirar basura en el piso y se ve basura todo el tiempo, Uruguay era muy libre según decia´n a la salida de la dictadura pero era mentira, lo que había eran reglas difusas y un uso de la violencia mucho más grande que de donde veníamos.
¿Qué música se escuchaba en esa época en tu casa?
Zitarrosa era la música que ponían mis padres, escuchaba Bob Marley, pop de los ochenta y míticos como ABBA, por ser banda nacional en Suecia. La referencia cultural más fuerte que tengo no es musical, es cinematográfica, Star Wars (La guerra de las galaxias), la vi en Suecia cuando tenía cuatro años y marcó mi infancia.

¿Cuándo empezó el gusto por la música?
Comenzamos (con mi hermano) a escuchar rap en los años noventa por el programa “Control Remoto” de Alfonso Carbone en Canal 10. A nivel económico era una época donde las fábricas cerraban, había huelgas, recuerdo ir a comer en la olla del sindicato por ejemplo. La Teja tenía eso, la construcción de lazos fuertes; a pesar de que un montón de cosas estaban en decadencia, había un grupo de redes sociales que seguían funcionando y que no eran sólo la familia. Ahí empezamos a pasar música en el Puente Fm, cambiabamos habitualmente de lugar, porque si no venía la policía y te decomisaba todo. También tuvimos un programa en Alternativa Fm que en ese momento funcionaba en Belvedere. Pasábamos hip hop, leíamos fragmentos de libro y comentábamos películas.

¿En qué momento deciden formar una banda?
Nosotros ya escuchábamos esta música, con nuestro grupo de amigos nos sentíamos como los únicos en el mundo que escuchábamos eso. Le dimos el nombre de Cosa Nostra, después lo cambiamos porque no teníamos nada que ver ni con Sicilia, ni con la mafia italiana. Le pusimos La Teja Pride, era una burla a una serie de bandas que tenían nombres en inglés en esa época.
¿Cuáles son los roles en la banda?
Davich, mi hermano, hace los beats, la música y rapea. Nicolás Barragán es el otro vocalista, Álvaro Grasso sonido y producción, Martín Sierra hace la percusión alternativa y yo soy el Dj.

¿Cómo componen?
Básicamente, Barragán a veces trae alguna letra hecha y se parte de una idea o de un concepto abstracto. Davich empieza hacer algún tipo de melodía, setenta y cinco por ciento de las veces se comienza con el ritmo. No hay muchas etiquetas, hacemos hip hop porque nuestro molde viene de ahí, pero somos una esponja, le agregamos un montón de cosas.
Hace pocos meses presentaron su quinto trabajo discográfico: Las palabras y la tormenta. ¿Qué diferencia tiene con los discos anteriores?
Es mucho menos cuadrado, experimentamos con sonidos de nuestra infancia, los video juegos, el pacman por ejemplo. Construimos a partir de sonidos digitales de los años ochenta y principios de los noventa, pero releídos desde ahora, es un homenaje a todas esa época, nintendo, family game, las maquinitas o las películas malas que veíamos.
¿Hay receptividad en los uruguayos y en los montevideanos específicamente para este tipo de música?
Creo que es mucho más abierto Uruguay hoy. Actualmente en la sociedad hay una segregación muy importante, pero los gustos musicales poco a poco comienzan a ser más transversales y no dividen a la gente. Nosotros no somos una banda popular, somos una banda conocida y esa es la diferencia.
¿Se puede vivir haciendo música?
Hoy no, todos trabajamos de cosas distintas.

¿Hacen presentaciones en beneficio de algún tipo de causa social?
Con los toques gratuitos generamos casi la disolución de la banda, no podíamos sustentarnos, hay músicos que se fueron porque necesitaban llevar dinero a su casa. Sin embargo a veces los hacemos porque seguimos creyendo en las mismas cosas.

¿Cuáles son las proyecciones de la banda para el próximo año?
Ahora estamos terminando de mezclar un cover de Alfredo Zitarrosa, Rodolfo Santullo presentó en la Feria del Libro una novela gráfica de Zitarrosa y varias bandas hicieron versiones de sus canciones. El 14 de diciembre tocamos en Argentina, durante el verano en la costa uruguaya, ya estamos cerrando fechas. Pero el gran objetivo es llegar a Buenos Aires, tocar mucho allá, ya que hay una masa demográfica mayor, trece millones de personas en una sola ciudad. Vamos a ver que pasa.

Noelia Rocha