Disponibilidad de gas natural: un potencial problema crítico para la sociedad uruguaya.
Uruguay está enfrentado a un dilema en la producción de energía. Por un lado carece de combustibles minerales y por otro tiene limitaciones en la producción de energía hidroeléctrica debido a su territorio con pocas pendientes pronunciadas que limitan la posibilidad de continuar construyendo represas y producir suficiente energía eléctrica a partir de las mismas.
Si bien se ha constatado que existen posibilidades de ocurrencias de yacimientos o surgencias de hidrocarburos en el territorio nacional y en la plataforma continental uruguaya, las mismas todavía no se han confirmado. Al mismo tiempo, con la construcción de los complejos hidroeléctricos de Rincón del Bonete, Baygorria y Palmar en el río Negro y Salto Grande en el Río Uruguay prácticamente se han agotado los sitios fluviales utilizables para la producción de energía eléctrica. Se están explorando o desarrollando fuentes de energía alternativas de origen eólico y biológico con bastante éxito pero aún así la matriz energética es fuertemente dependiente de las importaciones de hidrocarburos: petróleo crudo que es refinado en la planta de ANCAP de La Teja y gas natural que es utilizado a nivel doméstico e industrial.
En la actualidad Uruguay importa unos 90 millones de metros cúbicos de gas natural por año. En el período 2000-2010 constituía el 2 % de la matriz energética uruguaya y se considera que alcanzará el 5% en el año 2015. Con relación a la producción de energía eléctrica la contribución del gas natural pasará de 0 a 6 % en ese mismo período.
A pesar de su magnitud relativamente minoritaria en la matriz energética el gas natural es extremadamente importante debido a su uso para calefacción y cocina en los hogares. La escasez o falta de disponibilidad de gas natural adquiere ribetes de emergencia social. Del mismo modo el encarecimiento de este producto afecta directamente a los sectores de menor poder económico.
En la actualidad el gas natural es producido a nivel nacional (a partir del cracking de naftas livianas y propano vaporizado) e importado de Argentina a través de dos gasoductos (el Gasoducto Cruz del Sur a través del Río de la Plata y el Gasoducto del Litoral que abastece a la ciudad de Paysandú).
Las dificultades energéticas que experimenta Argentina en épocas de alto consumo pueden dar lugar a interrupciones del flujo desde ese país. Adicionalmente, el costo del gas se ve incrementado por las sobrecargas por causa del “peaje” para la conducción del gas que cobra Argentina.
La dependencia casi total que tiene Uruguay con relación al gas proveniente de Argentina da lugar a una situación de vulnerabilidad energética crónica que es necesario atender porque puede traducirse en escasez o falta de disponibilidad de gas y por ende serias restricciones de acceso a la energía para los sectores más modestos de la población.
Para resolver este problema se hace necesario diversificar las fuentes de importación de gas natural. La importación de gas de terceros países requiere instalaciones portuarias especiales que sean capaces de recibir el gas licuado a bajísima temperatura que traen los buques metaneros y que puedan regasificarlo para el consumo.
Esta es la causa principal que impulsó al gobierno a través de UTE y ANCAP para proponer y licitar el proyecto de la Regasificadora de Punta Sayago.
El proyecto seleccionado incluye una planta regasificadora flotante protegida por una escollera de 1500 metros y un gasoducto submarino y subaéreo que conectaría con el gasoducto proveniente de la Argentina en las proximidades de la Ruta 1. La escollera propuesta está situada a unos 2,500 metros de la costa y se realizará un dragado a 12.6 metros de un canal de acceso y una zona de maniobras en el área protegida.
Las obras de Punta Sayago están concebidas específicamente para albergar el complejo de regasificación. Sin embargo debido al congestionamiento de puerto de Montevideo se puede prever que algunas o muchas de las actividades portuarias de la Bahía se trasladen gradualmente a Punta Sayago agregando un justificativo económico adicional al proyecto. Las autoridades de la Administración Nacional de Puertos desde hace un tiempo están considerando la construcción de un nuevo puerto en esa zona desde hace varios años. Vale la pena recordar que en Puntas de Sayago la ANP es propietaria de 103 hectáreas donde se están construyendo depósitos y se piensa establecer un parque industrial y zona franca.
Desde el punto de vista ambiental la construcción de la escollera y los dragados asociados van a tener diversos impactos en la franja costera. En primer lugar la construcción de un obstáculo longitudinal a una distancia de 2,500 metros determinará cambios importantes en la dinámica litoral estuárica, incluyendo disminución de la energía del oleaje, modificaciones granulométricas en las playas y fondo marino (incremento de limos y arcillas, disminución de arenas) y modificaciones en los sistemas de corrientes locales. Debido a esta nueva situación también se verá afectada la fauna marina. Los comederos de peces, las áreas de reproducción y las rutas de migración de los cardúmenes experimentarán cambios que podrán tener incidencia en las actividades pesqueras locales más allá de la zona de exclusión de pesca que se establecerá en la escollera y área de abrigo.
Como toda decisión política con aspectos económicos, ambientales y sociales se hace necesario evaluar la necesidad de las obras para asegurar la disponibilidad energética de la sociedad uruguaya contrapuesta a los perjuicios ambientales y eventualmente sociales que pueda significar a nivel local.
Se consideró que valía la pena asumir los riesgos que entrañaban las obras para asegurar la soberanía energética del país que corre riesgos debido a la dependencia en materia de abastecimiento de gas natural. Por supuesto, que una prioridad principal de las autoridades debe ser tomar medidas concretas y efectivas para compensar a los sectores y actores sociales perjudicados por las obras y mitigar sus consecuencias negativas tanto desde el punto de vista ambiental como socio-económico.
/Geógrafo. Danilo Antón
* Profesor de Geografía Humana y Económica, de Geografía de los Recursos Naturales y de Gestión y Políticas Ambientales en Facultad de Derecho - Relaciones Internacionales y
actualmente Director de la Dirección General de Medio Ambiente en Intendencia Departamental de Río Negro Estudió Geomorfología, Mineralogía y Petrografía en Université Louis Pasteur Strasbourg. vecino del Oeste de Montevideo está trabajando en el municipio a en la elaboración de una agenda ambiental sobre el territorio.