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06.09.2017 - 14:00

Bossa Sinfónica al Cerro

La Banda Sinfónica con el espectáculo "Tristeza nao tem fim"
La Banda Sinfónica vuelve al Centro Cultural Florencio Sánchez con el espectáculo "Tristeza nao tem fim" este viernes 8 a las 20 horas.

La Banda Sinfónica presenta : "TRISTEZA NÃO TEM FIM"

  • Dirección: Alberto Vergara Icaza (Venezuela)
  • Cantante: Lucía Ferreira
  • Arreglos: Gregorio Bregsteinviernes 

Fecha: Viernes, 8 de setiembre, 20 horas.
Lugar: Centro Cultural Florencio Sanchez (Grecia esq Norteamérica)
Entrada libre.-

Las invitaciones para el concierto en el Centro Cultural Florencio Sánchez se pueden retirar en recepción a partir del lunes 4 de setiembre.

Homenaje a la bossa nova, uno de los géneros más populares de la música brasileña surgido a finales de los años cincuenta gracias a artistas bohemios como João Gilberto, Tom Jobim, Vinícius de Moraes y otros jóvenes cantantes y compositores procedentes de los barrios de Río de Janeiro situados junto a la playa, como Copacabana e Ipanema.

Así como las melodías de Tom Jobim marcan el principio y el fin de la bossa nova, las letras y asociaciones poéticas de su socio Vinícius de Moraes son los cimientos del género. Juntos compusieron algunas de las canciones más emblemáticas de la bossa nova.

Tristeza não tem fim -la frase que da nombre a este espectáculo-, es la primera línea de uno de los temas más populares y representativos del género: A Felicidade compuesto en 1959 por el dúo Jobim - de Moraes. Esta canción, acerca de la felicidad y de la tristeza, resume la conjunción de sentimientos entremezclados de melancolía y felicidad que caracterizaría a todo el movimiento.
En los inicios, el término «bossa nova» se usó para designar una nueva manera de cantar y tocar la samba y vino a ser una «reformulación estética», una renovación rítmica, melódica y armónica. El nombre se puede traducir como "el ritmo nuevo" o "el camino nuevo", aunque etimológicamente significa "voz nueva".

Recogió los rasgos distintivos de la samba callejera, estridente y ardiente, para quitarle decibelios, fervor y tambores, y llevarla a espacios más reducidos donde se pudiera interpretar de forma más suave y tranquila.

Basándose en una instrumentación simple y un elegante manejo de las disonancias, la bossa nova desarrolló un lenguaje propio, más íntimo.​ Surgieron así nuevas y sofisticadas armonías con irregularidades, que tenían una influencia directa del espíritu del jazz estadounidense.
Hoy, a 60 años de sus inicios, la bossa nova es considerada patrimonio cultural carioca. Marcó un antes y un después, convirtiéndose en uno de los movimientos más influyentes de la historia de la música popular brasileña, llegando a alcanzar proyección mundial, gracias a la excelencia de intérpretes como Sérgio Mendes, Toquinho, Jorge Ben Jor, Gal Costa, Elis Regina, Caetano Veloso, Maria Bethânia, entre otros.