Back to top
10.07.2012 - 12:53

Títeres en vacaciones

El 1 de julio de 2011, el grupo La Pluma comenzó su recorrida por las bibliotecas de diferentes barrios presentado la obra de títeres "El sótano" de Levrero.

El arte, lo que no puede faltar en las vacaciones

Entre el teatro y el mundo de los libros

   El frío no fue una excusa para no disfrutar las vacaciones de julio. A las tres en punto, la cola de niños y niñas, de entre 4 y 10 años, en la puerta de la biblioteca Carlos Roxlo para ver la obra de los títeres, llegaba casi a la calle.  Algunas nenas, a los saltos y con una gran sonrisa preguntaban ansiosas: “¿Van a tocar música?”.
  El grupo La Pluma se formó en el año 2005 por Ignacio Álvarez y Martín Irigoyen. Más tarde se sumaron Marcelo Claro y Tamara Couto. Todos se hicieron cargo de hacer divertir y reír a los chicos. “Hay otro chico que es músico que también trabaja con nosotros pero en este caso no está”, explicó Marcelo, quien se encarga de la producción.

  Con el fin de brindar un espacio cultural en los barrios y gratuito, accesible a todo el mundo, La Pluma, -con el apoyo de la Intendencia de Montevideo (IM)-, presentó un espectáculo el viernes 1 de julio en la biblioteca Carlos Roxlo (Av. Carlos María Ramírez esq. Rivera Indarte, La Teja), y con una sutil doble intención de acercar a los niños, y por qué no también a los adultos, al mundo de los libros. La obra contó con dos funciones: la primera a las 15 horas en la que estuvieron presentes unas 70 personas entre niños, niñas y adultos que los acompañaban, y la segunda a las 16 horas con un público menor.

   La obra que los jóvenes actores expusieron está basada en un cuento del autor uruguayo Mario Levrero (1940-2004), “El sótano”, escrito en 1988. Cuenta la historia de Carlitos, un niño pequeño que descubre en su casa, un sótano misterioso. La historia se centra en las aventuras y peripecias que Carlitos debe resolver para encontrar la llave y poder abrir el candado que cierra el sótano, y así poder descubrir todo lo que allí se esconde. Una tarea nada fácil para Carlitos.

  La Pluma presenta proyectos de obras teatrales, ya sea de su autoría o, como en este caso, de algún autor nacional. “Una vez trabajamos con el cuento El hombrecito vestido de gris del escritor español Fernando Alonso”, señaló Marcelo. El objetivo de estos titiriteros es llegar a los programas de primaria y trabajar con el mismo material que las maestras eligen para sus alumnos. “La idea de trabajar con este cuento de Levrero surge de la editorial Santillana, quien edita El sótano, bajo el sello de Alfaguara Infantil, y nos propone realizar una actividad con un agregado artístico”, relató Ignacio. Se contactaron con el ilustrador del libro para hacer fiel el diseño del personaje principal, la propuesta del producto, y así lograr una buena adaptación del cuento para títeres.

Los chicos que integran La Pluma se formaron en la actuación y en el arte del teatro, y para algunas de sus obras encontraron en los títeres una herramienta más que logra trasmitir, en escena, el mensaje de una forma muy expresiva.

En este mundo de hoy día, inundado por juegos digitales e Internet, que atrapan a los niños, y no tan niños, los títeres siguen cobrando protagonismo en algunos ámbitos porque además de la expresividad que trasmiten, según Marcelo, crean un mundo de fantasía e imaginación muy amplia. Un mundo teatral que los actores preparan con anterioridad pero que siempre tiene su cuota de improvisación porque “la idea es que los chicos propongan cosas, que analicen, comenten y haya una interacción. Eso nos encanta”, dijo Marcelo, con su voz suave y lenta, propicia para el trato con los niños.

  Esta vez, poco interactuaron los niños/as en la obra, excepto dos nenas inquietas de casi 10 años, sentadas adelante que le convidaban a Carlitos con caramelos. La mayoría, en cambio, se mostraron expectantes ante sus aventuras, asombrados, por momentos, con las travesías del personaje que tanto los hacían reír.
  Los más pequeños, quizás, se quedaron sólo con el títere y sus movimientos sin poder interpretar en su totalidad el relato, puesto que Levrero en su literatura agrega e intenta dar ciertas reflexiones, que si bien, apelan a la madurez infantil, resultan muy complejas para los más chiquitos que aun se quedaron en las sencillas historias de Blancanieves y los siete enanitos.
   Contentos con su público, Ignacio, Martín, Marcelo y Tamara, seguirán la recorrida durante la semana siguiente, por otras bibliotecas, Malvín Norte, Buceo, Ciudad Vieja, La Unión y Sayago, para llegar al público de otros barrios.

Virginia Martínez