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17.05.2012 - 15:13

Moñas y delantales

Con el fin de conocer el CAIF Nuevo París, que atiende a centenares de niños y niñas, nos acercamos para conocer sus programas y propuestas.

Al entrar a la primera habitación del edificio, nada decía que era un CAIF, pero los coloridos de la fachada y los diferentes juegos -algunos en madera- en uno de los patios anunciaban que de niños se trataba. El silencio daba cuenta de que tanto los chiquitos como los más grandes estaban en clase, o que quizás algunos estuvieran ausentes en ese horario. A poco de comenzar el mediodía, los aromas anunciaban el almuerzo. Al subir una escalera, que conducía a algunos salones y a la dirección, el marco de una ventana permitió confirmar que el mismo estaba en proceso. Seis cocineras de blanco, delantal negro  y gorro, praparaban el menú del día: pescado con arroz.
Sin un nombre llamativo, sencillamente Caif Nuevo París, el Centro de Desarrollo Infantil está uicado en el barrio Nuevo París (Triunfo 223). A muy poco de entrada la democracia fue fundado en 1986 por Alcides González  y un grupo de personas comprometidas en el área social, algunas de ellas retornando del exilio. En aquellos tiempos tenía mucho peso "la educación popular como una de las modalidades más importantes del trabajo de conducción", contó la directora María del Carmen Crapelli.
Antiguamente el barrio era una zona de fábricas, especialmente de curtiembres y textiles. Con los años, el aumento de la pobreza creció y llevó a que se generaran en la zona diversos asentamientos rurales, lo que impactó de alguna manera en la institución, que el año pasado [2011] festejó sus 25 años.
Entre sus principales cometidos, promueve el desarrollo y el bienestar de la pobalción infantil y sus familias, muchas en situación de vulnerabilidad. En este sentido se trabaja y educa en la relación entre niños y niñas de distintos contextos sociales tratando de que "cada uno aprenda del otro” y de esa manera, el CAIF ha ido acompañando, desde lo local, el desarrollo de diferentes programas.

El Programa de Educación Inicial, que desarrolla desde sus inicios, atendie a niños y niñas entre 0 y 3 años, prestando especial atención en temas como la nutrición, prevención en salud y promoción de la familia en su rol de educador, en esta etapa fundamental del desarrollo del niño.
En uno de los salones, una cartelera daba cuenta de la enseñanza implementada en los más pequeños: "Cuidar nuestro cuerpo y el cuerpo del otro, cuidar el espacio y los materiales de la sala, cuidar los objetos propios y los de los demás, nos permite disfrutar juntos". Cualquiera podía sentirse como si estuviera en una de esas "casitas" que ilustran los cuentos de hadas. Hecho en madera y con cintas de colores colgando del techo y rodeados de juegos, los bebés y pequeños de hasta 3 años, con sus madres y padres, realizan allí un Taller de Psicomotricidad, Estimulación y Oportunidad.
La alimentación brindada a los niños y niñas se sustenta en convenio con el INDA, quien además supervisa el control nutricional de los mismos. Así es que en el marco de un taller semanal, 207 niños/as se benefician con merienda o desayuno, y otros 126 reciben merienda junto a sus referentes familiares.

Además, en convenio con Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, el CAIF proporciona atención diaria a 61 niños/as escolares entre 5 y 12 años,  ya que unos de los objetivos es constribuir a su desarrollo integral, con la participación de las familias y en colaboración con las instituciones educativas y sociales de la comunidad; lo que ha servido de mucho sostén en lo que respecta a la inserción escolar de niños y niñas. La propuesta incluye talleres de las áreas "básicas" de aprendizaje como ser matemática y lenguaje y, la recreación y la expresión como ejes educativos fundamentales para el desarrollo de los niños.
Pero el programa no se agota ahí. En un taller pedagógico que es llevado adelante por un educador grado 1, que atiende tres grupos de alumnos, los  escolares disponen de una hora para realizar las tareas domiciliarias que les envían en la escuela. Justamente esta instancia tiene la condición que sea a “contraturno”, es decir que los niños y niñas deben ir a la escuela porque la educación del CAIF funciona como un complemento del sistema educativo escolar, “es como una extensión horaria”, explicó el educador Javier Rey. Cuentan también con otros talleres "que no tienen en la escuela " como el de expresión que funciona para abordar "otras actividades y fortalezas" y dificultades que algunos chicos tienen para el aprendizaje y la sociabilizacion en la escuela. "Tratamos de que el CAIF complemente lo que pasa en la escuela", indicó Rey.
La cantidad de niños que atienden 32 funcionarios (aproximadamente) entre  educadores, asistentes sociales y psicólogos "no varía año a año porque es un convenio normal", remarcó la directora, lo que hace que, lamentablemente,  muchos niños y niñas  queden en lista de espera ya que "es imposible abarcar toda la demanda”.
A todos estas modalidades, se le suman actividades recreativas a la que niños y niñas asisten una vez por semana, y hay un eje temático y fundamental para los educadores, que son las salidas didácticas: campamentos que se realizan una vez al año donde se les enseña a compartir. "Siempre tratamos de que sea en lugares diferentes si la economía lo permite" aclaró Crapelli. Al gunos ansiosos y aventureros, preguntan cada tanto. "¿cuánto  falta para salir de camping?".

Virginia Martínez