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30.08.2012 - 12:56

A dos años del municipio

Entrevista con el alcalde: "Las obras que realiza el municipio buscan mejorar la calidad de vida de la gente".

Suena el teléfono, lee un mensaje de texto, escucha una voz que lo llama. Intenta concentrarse, pero algo lo distrae: revisa un expediente y mira la hora; parece que estar quieto en un solo lugar fuera un sacrificio. Entrevera los papeles y parece que la adrenalina lo hace pensar un poco más allá de lo que está haciendo.
Llama un compañero: “Comprame un par de empanadas”, le dice, mientras pasea el mate por su escritorio. Un fuerte resfrío lo tiene molesto pero igual viene a trabajar, y al igual que los versos de Zitarrosa, parece que siente que la vida se agita nerviosa si no está”.
Hace poco más de dos años su vida cambió: pasó de estar a cargo de un emprendimiento cooperativo relacionado al transporte, hacerse cargo de la nueva forma de gobierno y construir ese tercer nivel en el oeste de Montevideo, que tiene una larga tradición de la sociedad civil organizada y de donde provienen los dos presidentes de izquierda.
Ha dos años de gestión Gabriel Otero nos cuenta cómo llegó a ser alcalde, qué inconvenientes enfrentó al asumir, qué se logró en estos breves pero intensos años y cuáles son sus planes a futuro.

- Para alguna gente fue una sorpresa que fueras el primer candidato a concejal municipal por la lista del Frente Amplio, porque no tenías vinculación con el quehacer municipal. ¿Cómo te encontraste en el momento de pasar de la actividad privada a la pública?
- Sí, fue grande el salto porque venía de estar al frente de un emprendimiento cooperativo en donde los tiempos, la planificación y la dependencia parten de puntos diferentes, ni mejores ni peores, sino diferentes. Yo soy militante político desde hace más de veinte años y, en su momento, mi sector definió que fuera el candidato del partido. Pero hay una cuestión central en tu pregunta que es importante: no se si el conocimiento de la administración tal cual estaba constituida servía, ya que esto es totalmente nuevo, y la experiencia de gestionar en forma privada creo que es un valor agregado a la hora de instalar un gobierno como se hizo en los primeros seis meses, desde que asumí como alcalde del municipio. Este es un gobierno colegiado diferente que no existía en Uruguay desde la década del cincuenta.
Por otro lado, para todos los concejos municipales, la gestión fue un desafío hermoso al igual que el hecho de ser pioneros e instalar el gobierno local, que te da la posibilidad de crear herramientas nuevas que aceleren los procesos, pero a su vez, tenés la responsabilidad de crear los cimientos y las bases de esta nueva forma de gobierno en cada acción que realizas.
El oeste de Montevideo tiene una rica historia de lucha social, y de la izquierda ni hablar: dos Presidentes de la República vienen de aquí. Asimismo esta zona vive una realidad muy fragmentada y con contradicciones en lo territorial y en lo social.

- ¿Cuándo empezaste a trabajar en el Municipio pensaste en la famosa frase de Mafalda 'paren el mundo que me quiero bajar`?
- (Risas). En algún momento sí; los primeros tres meses fueron de un vértigo tremendo y muy demandantes. Hubo que generar desde líneas estratégicas hasta el plan quinquenal. Mientras la prensa planteaba, que nadie conocía a los alcaldes y el concejo municipal, nosotros no parábamos de recibir gente, organizaciones y vecinos que venían a plantearnos sus problemas. No teníamos respuestas, ni infraestructura, sólo contábamos con lo que había en los comunales. Lo único que podíamos implementar eran cambios que mejoraran los servicios, pero nada más. Los primeros ocho meses llegamos a trabajar hasta 15 horas diarias, incluso los fines de semana; había que hacer frente a la nueva situación para ir conociendo todo el sistema y cómo era la función de gestionar.

-¿ Al poseer presupuesto propio en 2011, la situación cambió?
- En 2011 la cosa fue diferente porque comenzamos a manejar un presupuesto de ciento dos millones de pesos. Ahí la situación es diferente porque vos podes decretar que un gobierno es autónomo, pero sin presupuesto estás perdido. A mi entender logramos planificar de tal forma la tarea  que a un año de haber asumido estábamos ejecutando el presupuesto, ya que se priorizaron los temas a tratar y se realizó el trabajo previo con mucha antelación. Y tuvimos más cintura para trabajar porque contábamos, a esa altura, con el personal idóneo y los recursos materiales para trabajar planificadamente. Eso nos permitió superar la tormenta y ponernos en un papel de mirar la gestión de otra forma.

-¿Cómo fue esa nueva mirada hacia la gestión?
-Tiene que ver con que las primeras diez o doce obras, grandes intervenciones en el territorio del municipio, que se hicieron en coordinación con los planteamientos que realizaban los vecinos y los concejos vecinales, viejos reclamos que no se realizaron.

- ¿Cómo se gestionan cuestiones tan dispares como un concierto de rock en plena Avda.Carlos Ma. Ramírez con cinco mil personas, ayudar a los habitantes, que sufren inundaciones, u organizar el equipo de trabajo para apagar incenidos en la zona rural?
- Nos ha tocado vivir distintas realidades, desde salir en la camioneta muchos fines de semana atrás de la lluvia, de una sudestada o de un incendio, y al otro día estar en una actividad en el centro representando al municipio. Es parte del trabajo que la gente no se imagina, pero justamente, este cargo por ser un gobierno de cercanía hace que cualquier tipo de gestión tenga una participación del gobierno municipal, y ¿cómo se hace? Con amor y responsabilidad. Si se que llueve al punto de que hayan posibles inundaciones, tengo que saber qué lugares se pueden complicar y para nosotros es una prioridad, por ello formamos una Unidadde Emergencia y Planificación, para justamente adelantarnos a las causas y no ir detrás de las emergencias.
Hoy las emergencias son menores por todos los operativos de limpieza de playas y terrenos, donde puede haber incendios, que hacemos en diferentes partes del municipio y, que han permitido prevenir este tipo de dificultades. El oeste tiene esas caracteristicas y podemos estar, como decías, trabajando allí o participando en asambleas de vecinos que se dan y mucho.

- ¿En esta zona se participa más que en otras?
- En realidad todo Montevideo es participativo, pero acá hay una historia de muchos años y no sólo por la izquierda que en un 80 por ciento es votada en la zona, sino porque es parte de la idiosincrasia el derecho a participar y el derecho al “pataleo”; eso siempre lo rescatamos.

- Hoy hablábamos del poder y la desconcentración del mismo. La experiencia de los municipios o ayuntamientos en América Latina y en Europa es dispar por las potestades que tiene éstos, ya que en esos continentes la descentralización del Estado es mayor, al punto que algunos tienen a cargo la educación y la salud de la población. ¿Creés que en Uruguay estamos cerca de un proceso similar?
- Estamos lejísimos y te pongo ejemplos que conozco: en Colombia las provincias y los municipios tienen a cargo la educación y la salud. Nosotros no lo podemos ni plantear, y de hecho el esquema de Uruguay en Salud, o sea el FONASA, es nacional. Creo que nuestro país a la hora de traspolar esas experiencias debería discutir mucho la reforma constitucional de por medio.

- Hace un par de años se pensó a los centros comunales como futuros centros cívicos en donde éstas oficinas fueran la entrada a los trámites de todo el Estado. ¿ De estos proceso también estamos a años luz?
- Sí, porque los municipios son otro proyecto, aunque en los hechos los concejos vecinales y, en su momento las Juntas Locales, fueron ventanillas de reclamos, aunque los centros comunales continúan recibiendo reclamos de todo tipo. El concejo municipal tiene otro rol, aunque igual articula algunas políticas nacionales en el territorio. Tal es el caso del trabajo que se realizó con el INAU sobre la necesidad de instalar un Caif en una zona del municipio; esas son situaciones de todos los días, lo mismo que la articulación con el Mides en temas que competen a la zona. Con los organismos públicos es habitual, pero desde una perspectiva diferente al de los centro cívicos planteados en su momento.

- Muchas de las responsabilidades “clásicas” de la intendencia pasaron a los municipios por ejemplo: el arreglo de calles, las limpieza de cunetas o el alumbrado. Sin embargo la basura sigue en manos de la intendencia. ¿A nivel central, crees que esa potestad debería pasar a los municipios para resolver el tema?
- La visibilidad que tenemos del territorio desde la zona puede ayudar muchísimo a resolver el tema de la basura. En el seguimiento del problema no hay duda que se va a terminar desconcentrando la limpieza. En el municipio realizamos diferentes operativos de limpieza de basurales, porque no tenemos las manos atadas y nada nos impide ejecutar operativos de temas que, no están claros en nuestras potestades, pero la basura es un tema crucial y por eso lo hicimos. Desde fin del año pasado venimos levantando basurales y a partir de ello ha cambiado radicalmente la relación con el vecino.Y lo hacemos día a día, todos los días sale un funcionario, el alcalde u otro concejal a recorrer los basurales y eso también es primordial. Creo que si traspasa esa potestad al municipio, el mismo deberá tener más presupuesto e infraestructura.
En cuanto a adquirir potestades y obligaciones en limpieza, creo que se debe buscar la forma de transmitirlas y de repente revisar que la gestión de alumbrado vuelva a ser centralizado, y el municipio sólo se dedique a denunciar las luminarias rotas y plantaer las necesidades de obra en diferentes barrios. Pero, más allá que todo es muy dinámico, creo que la limpieza mejoraría sustancialmente si estuviera en manos de los municipios.

- ¿Qué resaltarías de estos dos primeros años de gobierno municipal?
- El contacto con la gente organizada, con los tres concejos vecinales, el buen trabajo que se desarrolla coordinadamente; el relacionamiento con los vecinos y las organizaciones sociales, que consideramos es un paso fundamental y un logro gracias a las recorridas por los distintos barrios, las asambleas y las diversas reuniones con todos los vecinos del municipio. Esa es la base que hace visible al gobierno municipal.
En cuanto a la gestión tenemos tres veces más barrido de calles que antes de comenzar el gobierno y ahora llegan las barredoras mecánicas que nos va a permitir extender más ese trabajo. Se mejoró sustancialmente la atención al cuidado y mantenimiento de plazas, de hecho hay algunos espacios verdes que deberían ser mantenidos por áreas verdes centrales y el municipio se las puso al hombro. Limpiamos el parque Tomkinson, el parque Segunda República, el parque de la Playa Zabala. Estamos conformes con la resolución política que tomamos, en la cual, a la hora de realizar obras de vialidad priorizamos asentamientos que hacía muchos años dependían de los arreglos de las calles para que entrara locomoción o ambulancias.
Hoy, uno de los asentamientos más grandes y viejos como es COTRAVI, lo estamos haciendo a nuevo y gracias a eso seguramente entrará el ómnibus. El 40 por ciento del prsupuesto de vialidad se ejecutó en zonas de asentamientos. Además volvimos a coordinar con el PIAI [Programa de Integración de Asentamientos Irregulares], que hoy está interviniendo y regularizando varios barrios. Estas son obras que mejoraron la calidad de vida de la gente.

- ¿Cuál es la importancia de las plazas y los parques para el muncipio?
- Si ves el mapa del municipio ves una cantidad de espacios verdes, sin embargo en las áreas más urbanizadas no hay muchos espacios para que la gente vaya.
En La Teja sólo está la Plaza Lafone, en la que realizamos un montón de obras que mejoró su estado, aunque falta planificar algunas obras. Pero recuperamos algunos espacios y llevamos adelante otros, como la de Manuel Herrera y Obes y Rodolfo Rincón con una plaza modelo que va a incluir la accesibilidad, la integración de generaciones, luminosidad y va a estar cuidada por un cuida parques.
Lo mismo suecede en la Plaza del Inmigrante del Cerro que va a ser remodelada, y en la zona del Paso de la Arena, sobre el Parque Tomkinson, se va hacer una plaza, en donde se recuperaron seis hectáreas. También hemos invertido un montón de dinero en la plantación de miles de flores. Si uno entra al Cerro se encuentra con un busto que, antes, no se sabía si era Artigas, Varela o quién, entonces se acondicionó la Plaza Rodney Arismendi a la que se le trajeron diferentes especies de árboles y se plantaron flores, que permiten que hoy sea un espacio disfrutable para la barriada del Cerro. La idea es y fue, generar lugares lindos, haciéndolos disfrutables, y esto no es una cuestión banal, tiene que ver, simplemente, con disfrutar el barrio.

- ¿Qué puntos negativos señalarías de estos dos años de gestión?
- Puntos oscuros y negativos son dos: el primero son los problemas de convivencia que tenemos en algunos lugares; notamos una virulencia que nos preocupa en lugares que históricamente habían sido complejos. Se han complicado más aún por una violencia impuesta, que estamos trabajando con las mesas de convivencia y el Ministerio del Interior para cambiar esa situación.
Y el otro, tiene que ver con la cuenca del Pantanoso que si bien no entra dentro de nuestras potestades, nos gustaría dejar encaminada una solución porque es un tema que nos preocupa.

- ¿Cuáles son los desafíos que hay que realizar en lo que queda del período?
- En primer lugar terminar con las obras y profundizar la participación. En segundo lugar, el año que viene son las elecciones del concejo vecinal, por lo que hay que trabajar mucho para que los mismos ganen la confianza de los vecinos y de esa forma, darle también crédito a los municipios.

Pablo Khalil